domingo, 25 de marzo de 2012

Era domingo y....

Debería ser ridículo o por lo menos ilegal incriminarte con las muelas... Hasta ahí llegó mi amor. Quizás y por qué es domingo, suceden estos encuentros digestivos entre la memoria y el después. Algún que otro reproche démodé, tres o cuatro caricias y a la cama Margot, que mañana hay que trabajar.

Digerite un poco de la semana en unas horitas de tele, que de más está decir, nunca vienen tan mal como populariza la contracultura del libro y la espada. A mi me gusta hacer análisis, pero sola. Con silencio, y dentro de ese silencio los ruidos característicos que hablan: el encendedor, el teclado, el ruido del tren, y alguien que justo va al baño mientras yo relaciono las preguntas de Majul con la demagogia televisiva de Roger Waters, las islas y San Martín de los Andes.

Qué te puedo decir? yo solo se hablar...

Me río de mi suerte cuando contabilizo las horas de sueño que me quedan. Ese sería mi costado de "mujer calculadora" actual. Esta lo suficientemente bueno y aceptable haber perdido distintas manías con la maldad cotidiana. Creo que fui peor persona, pero me queda un camino sinuoso por recorrer. De más está decir; soy muy sensible al conchudismo ilustrado femenino. Bajo muy rápido la guardia y me enclavo con virtuosismo en las filas de las hijas de puta.

Se me va la lengua, me pierde la banquina y como pasto sin más esfuerzo que el que requiere cepillarme los dientes todas las mañanas. Y ahí es cuando uno evalúa la posibilidad de retirarse. Siempre es preferible retirarse ganando. O por lo menos, eso dijeron en una película y me quedó registrado in eternum.

Good bye!








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