"I know I was born and I know that I´ll die
The in between is mine
I am mine"
Si
tuviera que hacer un mea culpa, alguna especie de catarsis
autocrítica, y fastidiarse por el hecho de haber nacido y crecido tal
como es y no tal cual hubiese podido ser, Margot abandonaría este
hábito amateur de escribir.
Indiscutible
y derribada por la sinopsis de sus rebeldías, parece no
escuchar...pero lo hace. Margot habla con el tacto y huele con la
mirada, pero la mayor parte del tiempo escucha mirando. Quizás
sea la mejor muralla para las palabras que se pierden. De hecho, está convencida que aquello que no se dice, se escucha con los ojos. La misma
sinestesia que puede conducir a un caos teórico o práctico para
aquellos que viven en su circunferencia.
Y se
queda clavada ahí, no tan inmóvil como más de uno quisiera, sino
regulando. Pero sola; el oficio de sacar sus conclusiones la lleva a
un hermetismo patológico. Quizás Margot no se muestre en una
postura muy humana, pero cuando todos apagan las luces ella prende
algún recuerdo y lo desmenuza. Lo mira en 360°, lo invierte, lo
satura, lo pone a la luz del sol, lo saca de contexto y lo vuelve a
colocar. Ya de mañana, cuando apenas abre un ojo, exhibe una
conclusión de papel. De esas que se firman con un mes de
anticipación, y dándose cuenta que quizás su tiempo es otro.
Lo que
no sabe -y seguramente todos sus intentos se vean socavados- es a
donde conduce ese camino. Más de una vez desayunó con cartuchos de
escopeta y esbozó antes de dormirse -extremadamente complaciente-
una sonrisa. Margot no vive un día de su vida sin sentir el vaivén
ridículo de un carácter que tiene por modus operandi sorprenderla
de ella misma.
Y aunque
siempre supo que prefería la horca por errores de su autoría, antes
que resignarse a ser eco de 3 millones de opiniones que solo quieren
meter su aguja en la primer carne que se pose sobre ella, como
cualquier ser humano, más de una vez, se pone en duda.
Pero
Margot es simplemente Morrison. Y quizás su autocrítica sea
silenciosa y taciturna; sin el fastidio de querer haberse convertido
en otra persona o preguntarse porqué “ella es”. Quizás Margot
se creó a si misma. A propósito.
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